lunes, 21 de enero de 2008

Jóvenes y Vida Consagrada II

Susana Nieves

En la valentía para decir “Sí” en la Vida Religiosa Consagrada, no sólo hay varones, las mujeres nos dan una muestra de verdadera valentía en este campo, por eso Susana Nieves nos da una muestra de ello. Ella es de Madridejos, provincia de Toledo, el corazón de La Mancha. Es Hermana de la Caridad de Santa Ana desde hace ocho años.

Veamos lo que nos dice a cerca de su opción de vida:



- Para mí es una forma de vida entendida desde el Evangelio y el estilo que vivió Jesús de Nazaret. Es una manera vivir que tanto en la sociedad como en la Iglesia se muestra como alternativa. ¿Por qué alternativa?... Personas procedentes de diferentes ámbitos culturales y sociales, -incluso en algunos casos procedentes de otras religiones convertidas al cristianismo-, nos hemos sentido apasionadamente seducidos y seducidas por Jesucristo y el Reino que él anuncia, de tal forma que entendemos y queremos vivir nuestro seguimiento a Jesús desde la fraternidad, desde un proyecto de vida común con otras personas para realizar una misión: toda nuestra vida entregada a favor de los más necesitados desde el servicio por amor y el anuncio del Evangelio a todos los hombres.



Cuando pienso en “mi opción” por este estilo de vida, tendría que cambiar la perspectiva, pues esta opción, en realidad, parte del mismo Señor, aunque ciertamente cada persona tiene en sus manos la respuesta. Es nuestro Dios quien tiene la iniciativa, Él a través del misterio de su Hijo es quien pone la semilla que nos hace sentirnos seducidos por la persona de Jesús, por su vida, por su mensaje. Después de un bello proceso de conocimiento y de encuentro profundo con su misterio me di cuenta que tenía que arriesgarme y aceptar su invitación a seguirle sobre todas las cosas. Ha sido la fuerza de su espíritu -entonces y ahora- quien hizo que me lanzara a esta aventura de seguimiento; es el que me ha ido modelando a lo largo de los años y preparando mi interioridad y toda mi persona para este encuentro, para este camino de discernimiento, para tomar las riendas de esta opción fundamental.



Hace unos años tuve que dar un testimonio de mi vocación y en aquel momento escribía lo que hoy comparto con todos vosotros, con todas vosotras, porque aquellas palabras traducían de alguna manera lo que yo sentía como susurro de nuestro Dios-Abbá; esas palabras son las que cada día resuenan en mi corazón dando razón de mi vocación.



"Has sido creada por mí porque desde siempre he pensado en ti, porque te amo. Has nacido para amar y ser amada, y todos los hombres son tus hermanos, porque también a ellos los he creado, porque también a ellos los amo tanto como a ti.



Os he dado, te he dado, a mi Hijo Jesús; en Él encontrarás el Camino, la Verdad y la Vida en este apasionante paseo que es tu propia y única existencia, tu vida.



Déjate llevar por El, déjate guiar por Él, déjate amar por Él. Sólo así descubrirás que ese amor, mi Amor, colma tu vida, y la vida de cada hombre; transforma todo lo creado, lo más grande y lo más pequeño, lo más hermoso y lo más feo de este mundo que te regalo cada día. Tu misión: ser semilla de esperanza, sobre todo, allí donde el dolor, el sufrimiento, y la opresión, están ocultando mi rostro a tantos hermanos tuyos, pero también alegría compartida en tantos momentos de gozo junto a quienes agradecen la bondad de vivir y dar vida.



Necesito tu respuesta; sin prisas, sin agobios..., pero sin pausas. No lo dejes para mañana.



Sí, te necesito colaboradora incondicional en el anuncio de mi Reino, el Reino del Amor. Si confías en mí, y dejas que mi Hijo Jesús sea el Maestro de tu Vida, la Razón de tu vida, y quien pone a punto tu corazón cada día, serás una mujer llena de vida, vivirás en auténtica verdadera libertad, serás feliz y contribuirás a que tus hermanos también lo sean.



Pero necesito tu respuesta. Confía, arriesga, vive por y para el amor. Vive desde el amor, desde Mi amor...porque esa es tu vocación.



Así, fue como Dios Padre, me dejó fascinada por Jesús y su Evangelio; por esta forma de vivirla en el seno de la Iglesia, y en medio de nuestro mundo.



Aquel susurro se ha ido haciendo clarividencia al paso de los años y hoy muy cerca de dar el “Sí para siempre”, vivo esta vocación con más pasión, con más deseos de permanecer enraizada, amarrada, enteramente hecha para nuestro Dios, que nos quiere hombres y mujeres de esperanza.



La vida en fraternidad con la riqueza de su pluralidad y compartiendo una misma misión en diferentes y múltiples tareas, todas en torno al Señor Jesús, que acompaña nuestra cotidianidad, es motivo suficiente para invitar a otros a conocer esta forma de vida en la iglesia, para mostrar que es posible un modo de vivir bajo otras claves que no son las de “la carne y la sangre”, sino las de la fe y el compromiso que de ella nace.

1 comentario:

Miguel dijo...

Susana felicidades por tu testimonio y gracias. Tus palabras llenas de entusiasmo, de pasión, sedución, fascinación, son aliento para los que te conocemos. Seguro que tu "Sí para siempre", estará igualemente que el primero (tambien fue para siempre, no hay duda) lleno de esa pasión por Cristo y la humanidad que muestras. Gracias¡